El cáncer es una de las enfermedades con mayor impacto social y cuya presencia en nuestra sociedad cada vez es más importante . Se prevé que hasta casi un 40% de mujeres y hombres pase al menos un cáncer en su vida. La detección precoz y los avances médicos hacen que cada vez el número de muertes sean menores, pero sí que sus tratamientos tienen numerosos efectos secundarios.
La fisioterapia oncológica (todavía no muy conocida para algunos) se dirige a trabajar y minimizar sobre estos efectos secundarios, en las diferentes fases del proceso, que suelen presentarse tanto debidas a la enfermedad como al tratamiento de la misma. El objetivo es volver a un nivel de vida similar al que tenía el paciente antes.
Para conocer un poco más sobre la fisioterapia oncológica, vamos a hablar con Cristina Roldán, fisioterapeuta y doctorada por la Universidad de Málaga en 2017. Experta en ejercicio terapéutico, al que se dedica tanto a nivel clínico como investigador, sobre todo en pacientes con cáncer. Su web (www.crsitinaroldanj.com) es referente en divulgación sobre este tema, no os la perdáis.
1. Desde el diagnóstico hasta el alta médica, ¿en qué fases puede ayudar o participar el trabajo del fisioterapeuta a un paciente con cáncer?
Actualmente hay evidencia científica que respalda el beneficio de la fisioterapia a través del ejercicio terapéutico en todo el proceso oncológico: desde el momento del diagnóstico, durante el tratamiento y más allá del alta médica.
La mejora de la condición física del paciente antes de una intervención quirúrgica, lo que suele denominarse “prehabilitación” hace que el paciente pueda enfrentarse mejor a la cirugía reduciendo la estancia hospitalaria así como las complicaciones en aquellos casos de cirugía programada, como por ejemplo en el cáncer de colon. Durante el tratamiento el ejercicio terapéutico ayuda a disminuir los efectos secundarios del tratamiento. Tras la finalización del mismo, la fisioterapia también ayuda a disminuir los efectos secundarios y aumentar la calidad de vida del paciente. En aquellos casos de pacientes encamados la fisioterapia también ayuda a disminuir los efectos derivados de la inmovilización, al igual que ocurre en pacientes que sufren de otras patologías.
2. ¿Con qué medidas o técnicas se trabaja desde la fisioterapia?
La mayor arma terapéutica con la que contamos desde fisioterapia es el ejercicio terapéutico, y con la que tengo experiencia. La evidencia científica que respalda los beneficios de este tratamiento es aplastante, aunque todavía poco conocida. Existe algunas técnicas de terapia manual específicas para los pacientes oncológicos como es el caso del masaje oncológico o el drenaje linfático manual para tratar el linfedema asociado al cáncer de mama. Además de esto, los pacientes que superen un cáncer deberán enfrentar muchas secuelas físicas que también puede abordarse desde la fisioterapia, desde la falta de movilidad del brazo tras una operación de cáncer de mama hasta una incontinencia urinaria.
En este sentido, yo recalcaría el papel del ejercicio terapéutico, ya que los beneficios que se obtienen nunca podrán ser sustituidos por una terapia “pasiva”, como por ejemplo la mejora de la composición corporal o de la capacidad cardiorrespiratoria.
3. A nivel de ejercicio terapéutico, ¿qué beneficios les va a aportar a los pacientes?
Los beneficios del ejercicio terapéutico en el paciente oncológico son múltiples. Resumiéndolo de alguna forma, debemos tener en cuenta que la mayoría de los pacientes oncológicos son sedentarios y no cumplen los requisitos mínimos de actividad física que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Es decir, el paciente oncológico se mueve muy poco a lo largo del día como consecuencia de los efectos secundarios y del desacondicionamiento físico. Tras una valoración previa sanitaria, desde la fisioterapia conseguimos prescribir la dosis óptima de ejercicio para que el paciente pueda tolerarla y mejorar. Uno de los principales beneficios de realizar ejercicio durante un proceso oncológico es preservar la masa muscular y disminuyendo el porcentaje graso. A día de hoy se sabe que una buena composición corporal mejora la supervivencia, disminuye la mortalidad y también la recurrencia, por lo que es vital frenar los cambios en la composición corporal que se producen. Cabe destacar también que el ejercicio físico es la herramienta terapéutica más eficaz para el tratamiento de la fatiga o el cansancio relacionado con el cáncer un síntoma muy común y limitante en estos pacientes. Además de esto, mejora la capacidad cardiorrespiratoria, la función física, la ansiedad, la depresión y la calidad de vida.
4. ¿Qué tipo de ejercicio se utiliza en las diferentes fases del proceso?
A día de hoy, la modalidad de ejercicio que mayor beneficio ha mostrado es la combinación de ejercicio de fuerza con ejercicio cardiovascular, siempre que sea posible llevarlo a cabo. Lo que varía de una fase del proceso a otra está marcado por el propio estado del paciente en ese momento, por eso la individualización es imprescindible.
5. ¿Algún consejo para hacer ejercicio durante la quimioterapia?
Se me hace difícil dar un consejo generalizado ya que el ejercicio debe ser individualizado. Lo que sí puedo recomendar de manera general es evitar el sedentarismo y tratar de disminuir el tiempo que estamos sentados o en reposo. Si algún paciente no sabe cómo comenzar, le recomiendo que acuda a un fisioterapeuta para poder comenzar, ya que el ejercicio durante el tratamiento disminuirá los efectos secundarios del mismo.
6. Un paciente que ya realice de forma regular ejercicio en casa ¿qué debe hacer cuando aparece fatiga o dolor? ¿cómo puede controlar la cantidad de ejercicio?
Es importante que el paciente sepa que si se siente cansado, el hecho de recostarse o estar sentado no hará que la fatiga disminuya, sino que aumente, ya que la fatiga asociada al proceso oncológico es distinta a la fatiga que sienten las personas después de hacer un esfuerzo. Con respecto al dolor, puede estar provocado por muchos motivos por lo que es necesario valorar cada caso en concreto. Por eso es tan importante la valoración previa que comentaba antes. Por ejemplo, no es lo mismo un dolor articular como consecuencia de un tratamiento hormonal que el posible dolor provocado pero una metástasis ósea.
7. Es igual el ejercicio que se hace tras un cáncer mama, de colon o de pulmón?
No, del mismo modo que por ejemplo dos pacientes de cáncer de mama no tienen porque realizar el mismo ejercicio solo por el hecho de tener un diagnóstico de cáncer en la misma localización, en la mama en este caso. Por ejemplo, es probable que la intervención quirúrgica sea distinta, así como la movilidad del brazo, los valores de fuerza del brazo, y el estado físico en general.
A rasgos generales, el objetivo del ejercicio terapéutico es mejorar la condición y la función física, minimizar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento y el deterioro funcional. En este sentido, cada paciente tendrá necesidades distintas en función de su condición física antes del diagnóstico y actualmente, posibles secuelas y efectos secundarios, momento del proceso en el que se encuentre, etc.
9. En el cáncer de mama siempre hay que prestar especial atención al brazo afecto, ¿qué pautas o precauciones deben seguir? ¿por qué es importante que se realice ejercicio con él?
Lo ideal es que acudan a un fisioterapeuta cuanto antes para que pueda hacerle un tratamiento personalizado. El dar pautas generales para todas las pacientes, solo conduce al desuso, por eso la evidencia marca que las intervenciones, que incluyen entrenamiento de fuerza con el brazo afecto, deben ser individuales, supervisadas y progresivas.
Es muy importante que usen el brazo afecto, porque si no, poco a poco irán perdiendo la función. Además, el no usar el brazo con lleva en sí moverse menos las hace más sedentaria. En esta línea, está demostrado que la inactividad física y un índice de masa corporal elevado aumenta el riesgo de padecer linfedema asociado al cáncer de mama. Sin embargo, ya se sabe que el usar el brazo operado no se traduce en la aparición de este linfedema y el empeoramiento del mismo en quien ya lo padece.
10. ¿Algún consejo para los familiares de estos pacientes?
Que hagan lo posible por facilitar que su familiar que sufre cáncer esté lo más activo posible desde el momento del diagnóstico. El paciente con cáncer, cuenta con un montón de barreras o impedimentos a la hora de hacer ejercicio. Por eso es muy importante contar con el apoyo de familiares y su círculo más cercano. Por ejemplo, proponer actividades de entretenimiento y ocio que con lleven movimiento, como paseos cortos, montar en bicicleta, etc, en función de el estado físico de cada uno. Si tienen dudas sobre a qué profesional acudir, pueden contactar también con el Colegio Profesional de fisioterapeutas de su ciudad.
Y sobre todo, que acudan a las asociaciones que existen para pacientes, donde les podrán proporcionar información sobre actividades, reunirse con personas en la misma situación y encontrar apoyo psicológico, un pilar fundamental.
Muchas gracias por tu tiempo y por estos consejos e información tan valiosa. Ha sido un placer y esperemos que sirva de ayuda a muchas personas para no quedarse en el sofá y que gracias al ejercicio se encuentren mejor en un proceso tan largo y complicado.
Para mucha más información, podéis visitar regularmente su web dónde encontraréis las mucha información actualizada. ¡Te seguiremos la pista!
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