Empezar el año con el propósito de hacer deporte es un clásico que todos hemos tenido en algún momento. Es uno de las mejores intenciones que podemos tener.
Para ayudaros a que no se quede solo en el propósito, os contamos algunos de los muchos beneficios que tiene el ejercicio.
Sabias que...
- La actividad física puede ayudar a eliminar bacterias de los pulmones y las vías respiratorias. Esto puede reducir las probabilidades de contraer un resfriado, gripe u otras enfermedades.
- La elevación breve de la temperatura corporal durante e inmediatamente después del ejercicio puede impedir el crecimiento bacteriano. Esta elevación en la temperatura puede ayudarle al cuerpo a combatir mejor una infección.
- El ejercicio disminuye la secreción de las hormonas del estrés. Un nivel alto de estrés incrementa las probabilidades de que se presente una enfermedad. Disminuir las hormonas del estrés puede proteger contra enfermedades.
- El ejercicio favorece la neuroplasticidad de los hipocampos, que influyen en la memoria y el aprendizaje, y en lóbulo frontal, lo que implica mayor conectividad neuronal, es decir, una mejor capacidad de análisis y de decisión, además de un mayor nivel de atención.
- El entrenamiento físico mejora la función endotelial, que es la capacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse y contraerse adecuadamente, y juega un papel importante en la prevención de la formación de coágulos y la inflamación de las arterias.
- La osteogénesis (formación de hueso) ocurre mediante estímulos mecánicos, como el impacto en la superficie ósea o la contracción de los músculos circundantes. Los estímulos mecánicos generados por el entrenamiento de fuerza, ejercicios de soporte de peso o impacto y entrenamiento de equilibrio son conocidos por ser modos de ejercicio favorables para mejorar la salud ósea y aumentar la masa y fuerza muscular.
- El ejercicio físico regular, tanto aeróbico como de fuerza, puede ser una estrategia efectiva para reducir la inflamación sistémica crónica (relacionada con el envejecimiento) en adultos mayores. Se cree que el ejercicio ayuda a modular la respuesta inflamatoria y promueve un ambiente antiinflamatorio en el organismo.
- Al realizar ejercicio se produce la liberación de neurotrofinas que, entre otras funciones, impiden a las neuronas que inicien la muerte programada, y por tanto aumentan su supervivencia.
- El ejercicio regular puede preservar o aumentar eficazmente la densidad mineral ósea (DMO), lo que reduce el riesgo de osteoporosis y fracturas relacionadas con caídas.
- La actividad física mantiene y estimula el flujo sanguíneo cerebral al aumentar la vascularización del cerebro. Esta situación puede provocar una mejora en la capacidad aeróbica y la llegada de nutrientes al cerebro.
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