Llega septiembre y vuelven las rutinas. Estos días de planificar agendas y horarios, no hay que olvidarse de encontrar el hueco para el ejercicio. Aquí os damos 8 motivos por los que incluirlo cada día.
Sabias que...
- A nivel celular, el ejercicio reduce la liberación de citoquinas inflamatorias (como TNF-α) y aumenta la producción de citoquinas antiinflamatorias (como IL-10).1
- El ejercicio, especialmente el aeróbico, estimula la creación de nuevas mitocondrias (las "centrales energéticas" de la célula), mejorando la capacidad para producir energía (ATP).2
- Estudios recientes han identificado que la actividad física puede modular vías metabólicas relacionadas con la vitamina B6, influyendo en la salud del cartílago. Estos hallazgos sugieren que el ejercicio podría tener un papel protector en la osteoartritis a través de mecanismos metabólicos específicos.3
- El ejercicio estimula la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. Esto ocurre en parte por el aumento de la hormona eritropoyetina (EPO), producida en los riñones en respuesta a la menor presión parcial de oxígeno durante el ejercicio. 4
- El ejercicio puede modificar la composición lipídica de la membrana celular, aumentando la proporción de ácidos grasos insaturados. Esto mejora la fluidez de la membrana, lo que facilita el movimiento de proteínas y la comunicación celular.5
- El ejercicio actúa como un sincronizador de los ritmos circadianos, ayudando al hipotálamo a sincronizar el reloj biológico.6
-El ejercicio induce cambios en las vías metabólicas del cartílago articular sano, incluyendo la regulación de genes asociados con la biosíntesis y remodelación de la matriz extracelular. Estos cambios podrían mejorar la capacidad del cartílago para responder a las cargas mecánicas y mantener su homeostasis.7
- El ejercicio favorece la reorganización de proteínas de señalización en la membrana, lo que mejora la transducción de señales (por ejemplo, la respuesta a la insulina o a factores de crecimiento).8
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